miércoles, 1 de octubre de 2008

Rocky Mountain

Sábado 30 de Septiembre

Aprovechando las virtudes del hotel de las rocosas, esta mañana hemos ido al gimnasio, piscina y para rematar la faena al jacuzzi, despues de aclimatarnos a la costumbre local de remojar la parte donde la espalda pierde su casto nombre, que mejor manera de empezar el día cual garbanzo en la piscina de burbujitas. Tras un desayuno pantagruelico y recoger el mercadillo persa que montamos todos los días en la habitaciones del hotel, salimos rumbo al parque de las rocosas. Tratandose de un sábado, ya nos imaginabamos que aquello sería una verbena, si bien había bastantes coches, tambien es cierto que estos yankees son bastantes cívicos y en ningún momento se monto ningún atasco.

Estos parques son bastantes parecidos a los de nuestra madre patría, aunque como todas las cosas de estos lares, sobredimensionados, según la guia hay mas de veinte 4000, de hecho la carretera iba bastante alta y en algún momento a todos los entro un sopor, aunque al final nos nos quedo claro si aquello era mal de altura o la más mundana resaca. Tambien se veia mucha fauna, un monton de alces que se veian a lo lejos, ardillas, pajaros por doquier, todo muy bonito. Al final del día decidimos hacer una ruta chorra y allí estabamos andando por en medio del bosque cuando de repente nos topamos con una manada de alces a 10 metros del camino. Tras dos horas empapándonos de naturaleza, nos llamo la atención algo más mundano, unos baños cortesía del servicio forestal, donde Galileo se podría haber ahorrado subirse a la torre de Pisa.

Tras terminar de ver el parque fuimos a ver el pueblo de Idaho Spring, según la guía era un pueblo caracteristico de la época dorada de la mineria, allí nos hicimos las retrataduras de rigorr compras varias incluyendo como no un sombrero de cowboy y nos tomamos el primer café expresso desde que llegamos a las améircas, no sé si es porque nos hemos acostumbrado al brebaje al que llaman café, pero nos supo a todos muy fuerte.

En el camino hasta Grand Junction donde dormimos, nos impresiono la altura que deben alcanzar las rocosas, nos tiramos más de 100km de bajada continua por la carretera, junto a los cañones que ya va formando el Colorado. Con tanta bajada pues había muchas pistas de frenado para los camiones, estos americanos son la mar de practicos, las realizan tipo montaña rusa. El coche vibraba más que una coctelera, pero ninguno le hicimos caso, lo achacamos al pavimento y a la conducción temeraria aprovechando las cuestas, a la mañana siguiente saldriamos todos de dudas.

Al llegar al motel tras tantos días de viaje, llego la hora de brearnos con las lavadoras locales, se podra pensar que la tecnología local hara máquinas que te sacan la ropa medio planchada, pues no, aquí las lavadoras se parecen a las que tenían nuestros abuelos, un tambor que da vueltas y a la que tienes que vigilar para echarle el detergente y el suavizante, eso si, como todo lo que hacen, a lo grande yo creo que sería de 8 kilos o más. Menos mal que había un camionero haciendo la suya y nos explico como funcionaba aquello, aunque tras ver como se paso secando la suya y sacando ropa que le vendría ceñida a una barbie, no tuvimos muy claro si hacerle mucho caso. Para amenizar la espera nos pulimos la primera botella de ron, tratandose de Utah seguro que nos saltariamos un chorro de leyes locales empinando el codo en una lavandería.

No hay comentarios: